Hace pocos meses se estrenó una nueva versión de la película de Disney Dumbo (1941), esta vez dirigida por Tim Burton.
El remake (2019) guarda cierta fidelidad a la historia original, pero a la vez incluye modificaciones sustanciales. (Si todavía no la has visto, no leas esta entrada, pues contiene spoilers).
Es una de mis películas favoritas de Walt Disney Studios (tanto la de animación como su remake), y es que realmente no tiene desperdicio a nivel educativo.
En primer lugar, creo que nos ayuda muchísimo a comprender la necesidad de apego entre la figura materna/paterna y el o la bebé. Dumbo y su madre se buscan incansablemente, y la separación produce ansiedad y cólera en ambos. Es algo que resulta obvio y que se experimenta, por ejemplo, trasladándolo al ámbito educativo, durante el periodo de adaptación a la escuela o Centro de Educación Infantil. Sin embargo, este análisis nos puede servir para sacar provecho de dicha separación. En la historia de Tim Burton, lo que más motiva a Dumbo a seguir luchando por escapar del circo y mejorar es la idea de reconciliación con su mamá. En la escuela, se debe reforzar el momento del reencuentro con mensajes como “has sido muy valiente” o “mamá (o papá) está muy orgullosa de ti”, para que el niño o la niña comprenda que el suceso traumático del abandono es algo temporal que aporta cosas positivas a ambas partes. Es muy complicado, a veces, encontrar el punto intermedio entre apego seguro e independencia y autonomía.
En segundo lugar, se trata claramente de una película para trabajar el concepto de diversidad funcional (física, concretamente). Dumbo es el hazmerreír de las elefantas cuando nace (o le trae la cigüeña), pues sus orejas tienen un tamaño fuera de lo común, desproporcionado, y le impiden caminar o moverse como a cualquier otro elefante. Sin embargo, su mamá y su amigo el ratón (que representa el simbolismo “de quien menos te lo esperes”), confían en su valía independientemente de su aspecto físico, e incluso Timothy le ayuda para aprender a transformar su “deformidad” en una cualidad única. Es un claro ejemplo de aprendizaje proactivo, que partiendo de una situación adversa busca la manera más creativa de evolucionar.
En el remake dirigido por Tim Burton, se modifica el personaje del ratón, apareciendo en su lugar dos infantes; un niño y una niña cuyo padre, además, ha perdido un brazo. Obvia decir lo que esto simboliza para el director; los niños y las niñas no juzgan.
Los niños y las niñas no nacen con prejuicios, los aprenden. Peggy Levitt
En este caso, son Joe y Milly quienes ven algo más en nuestro elefantito protagonista, y quienes confían en él inicialmente, contagiando su entusiasmo (como siempre hacen niños y niñas).
Por otro lado, encontramos, al igual que en el cortometraje El Circo de las Mariposas, una crítica a los Freak Show, circos de engendros o espectáculos de fenómenos, en los que se considera a cualquier ser vivo que se salga de la normalidad como objeto de exposición, burlas o lástima. Parece que esto queda lejos, pero, ¿no creéis que sigue habiendo gente que ve las redes sociales como un Freak Show? Queda mucho por avanzar en este aspecto y, por supuesto, ello pasa por abrazar la diversidad en la escuela.
Otro aspecto que podemos trabajar en Educación Primaria es la función de reproducción (contenido del Bloque 2: El ser humano y la salud, del área Ciencias de la Naturaleza; Real Decreto 126/2014, por el que se establece el currículo básico de la Educación Primaria). En la película animada, Dumbo es traído por una cigüeña, y en ninguna de las dos versiones aparece un papá. Podemos aprovechar estos pequeños momentos para generar debate y trabajar tanto la reproducción de los seres vivos (especialmente los mamíferos) e incluir la educación sexual.
También me parece muy interesante el uso de la pluma en el animal. Dumbo, al principio, solo vuela con su plumita, ya que le ayuda y le proporciona seguridad. Es su tótem de confianza. Sin embargo, más tarde se da cuenta de que puede hacerlo solo. Esto, trasladado a las niñas y los niños, significa que no está mal tener un peluche, juguete u objeto significativo que dé confianza; es algo evolutivo que ayuda en la consolidación de la autoestima y la independencia.
Finalmente, nos quedamos con el espíritu de superación que nos transmite la película, con los valores de esfuerzo, amistad, ayuda mutua y respeto a la diferencia.
Para volar, solo basta con presumir por salirse de lo ordinario.
Anabel Marco