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¿Qué valores trabajamos con la película "Matilda"?

En esta entrada vamos a analizar una de mis pelis favoritas de la infancia; Matilda. Se estrenó en 1996, a partir de la novela de Ronald Dahl.

Además de divertida, creo que es una película que nos enseña valores que no siempre percibimos y por ello es muy recomendable para las aulas de Educación Primaria.


1. La justicia


Si Matilda es un ejemplo de algo es de inteligencia y de justicia. Con una perspectiva anti-jerárquica, Matilda demuestra que no importa la edad o el cargo cuando se trata de los derechos de alguien. Ella tiene derecho a leer y a la educación, por lo que es capaz de enfrentarse a su padre (una de las dos grandes figuras de autoridad de la película) con tal de defender sus derechos.


2. La independencia


Si tuviéramos que resumir la película, empezaríamos diciendo que trata de una niña muy especial que vive en una familia que no la comprende y por ello debe criarse sola. Nadie le explica lo que es una biblioteca, ni cómo cocinar, pero lo descubre de manera autónoma y con una edad muy temprana es más que autosuficiente.

Surrealismos aparte, Matilda nos da una lección en este sentido; si queremos, llegará un momento en la vida (antes o después para cada persona) en el que no necesitaremos a nadie para satisfacer nuestras necesidades, desde las más básicas (siguiendo la pirámide de Maslow) hasta las necesidades de autorrealización.

Y es que, uno de los problemas más recurrentes de hoy en día en nuestras aulas es la falta de autonomía, ya sea por familias sobreprotectoras o por otros motivos. Es importante transmitir a lxs niñxs que no necesitan a alguien para absolutamente todo. Y esto que parece tan simple puede ser muy difícil de comprender.


3. La bondad


La familia de Matilda y la directora de la escuela son egoístas y, ella, pese a ser capaz de castigarles como desee con sus poderes, no lleva a cabo castigos que vayan más allá de lo ecdótico. En cualquier caso, nunca paga a las personas con su misma moneda, pues es fiel a sus principios.


4. La individualidad


Cuando entra en escena la maestra de Matilda, la voz en off que narra la historia se refiere a ella como “una de esas personas que piensan que cada niñx es especial por lo que es”. Algo que parece tan obvio para cualquier profesional de la educación Infantil y Primaria, no lo es. En nuestras escuelas sigue habiendo personas que habla de manera despectiva de alumnxs “plastas”, “inútiles”… O que lo piensan. Desgraciadamente, no es tan descabellado el papel de la señorita Trunchbull.


5. El valor de la lectura


Hace poco fue el día del libro y todo el mundo se hartó de proclamarlo en redes sociales subiendo fotos de o con libros, diciendo lo bonito que es leer, etc. Me encantaría saber, de todas esas personas, quiénes realmente han leído un libro por placer (del tipo que sea) en las últimas semanas. Apostaría cualquier cosa a que menos de la mitad. Y para no ser hipócrita, voy a confesar que leo mucho menos de lo que me gustaría, bien por falta de tiempo, bien por cansancio o bien porque muchas series de TV me tienen demasiado enganchada, pero cuando digo que la lectura es una de las cosas más maravillosas que existe es porque siempre tengo un libro en proceso y nunca dejo de buscar cosas nuevas que leer y con 26 años sigo emocionándome y volviéndome loca en las librerías.

En fin, que deberíamos fomentar más el placer de la lectura en los colegios y menos la obligación de leer a cambio de una nota mediante una prueba. Es como si le pusiéramos nota a la hora del patio.


6. La honestidad


El padre de Matilda no solo es un mal padre que no atiende a las necesidades de su hija (ni la conoce, ni sabe su edad), sino que además es un timador. Vende coches defectuosos y se siente muy orgulloso de ello. De hecho, intenta enseñar este “oficio” a su hijo mayor.

Al principio parece que todo le va perfectamente y lleva la vida que desea. Sin embargo, más adelante empieza a ser espiado por dos policías (cuyo papel también es digno de análisis) y finalmente debe huir con su familia de la ciudad.

Hay gente que carece de este principio. No siempre podemos forzar a alguien, mediante lecciones de moral, a que sienta culpabilidad por mentir o traicionar, pero debemos saber que, al final, siempre hay consecuencias.


7. El feminismo


La madre de Matilda le dice a su profesora que se encuentra en una mejor posición que ella porque eligió la apariencia y no la ciencia. Es una mujer que no trabaja y vive por y para su imagen, comprando bienes o servicios que le hagan estar más “atractiva”; peluquerías, maquillaje, ropa y complementos (por supuesto, con el sueldo sucio de su marido).


Sin embargo, la película muestra claramente, mediante el humor, qué mujeres son unas triunfadoras por lo que han conseguido por sí mismas y quién vive en una ignorancia rimbombante (esta palabra la utilizaba siempre una profesora mía de la universidad y me encanta). Creo que enseña muy claramente a las niñas (teniendo en cuenta que es una película de hace más de dos décadas) a pensar qué camino quieren tomar.


8. La apuesta por las Altas Capacidades Intelectuales


En el primer día de escuela de Matilda, ésta es capaz de hacer una multiplicación (que la maestra pregunta en broma) de números con numerosas cifras de cabeza en cuestión de un segundo. La señorita Honey, entonces, le pregunta qué tipo de libros le gusta leer y acude inmediatamente a solicitar que Matilda esté en un curso superior para que no caiga en el aburrimiento de estudiar aquellas cosas que ya sabe. Esto sigue siendo un tema descuidado hoy en día. Se atiende desde la Pedagogía Terapéutica al alumnado con diversidad funcional o dificultades de aprendizaje, pero no se atiende a los talentos o la superdotación de la misma manera. El análisis de por qué es injusto e igual de peligroso para la sociedad lo veremos en otra entrada.



9. La importancia del afecto y el respeto


Al final de la película, Matilda es adoptada por su profesora. La relación entre ambas, al igual que la de la señorita Honey con el resto de alumnxs, es una demostración de cómo influyen las muestras de cariño en nuestra felicidad. Resulta muy surrealista cómo Matilda se despide de su familia, sin que a nadie le importe, pero es algo que nos demuestra que el amor, a veces, se compone de otras cosas más fuertes que la genética.

Pero, antes de que pase esto incluso, Matilda ya demuestra su aprecio hacia la señorita Honey con sus actos. Se arriesga y se atreve a castigar a la señorita Trunchbull para hacer feliz a su profesora, devolviéndole su muñeca de la infancia.


Este es mi análisis de la película, pero seguro que habéis detectado aspectos que se me han olvidado o escapado. Sería muy propio de Matilda escribirlos en los comentarios :)


También se aceptan comentarios sobre vuestra experiencia poniéndola en clase y debatiéndola con el alumnado…


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